Mi historia

Mi nombre completo es Bolanle Adebayo, "Bo" es un apodo que me puso un amigo de la secundaria, pero también me llaman Fátima. Lo sé... confunde. Soy una comadrona nigeriana que asiste partos en casa en Barcelona, España.

Empecé mi trayectoria como comadrona en Irlanda a los 17 años. No me daba cuenta a dónde me estaba metiendo. Todo lo que sabía es que quería trabajar con la gente de una manera holística (con amor) pero también con la biología. Recuerdo la primera vez que pisé el paritorio (sí, con 17 años) y mi cerebro simplemente no podía juntar la enorme brecha entre la partería ideal y la desafortunada realidad de la partería. Esto me afectó tanto que me planteé cambiar de carrera.

Afortunadamente, encontré una matrona que realmente intentaba mantener los verdaderos valores de la partería (es decir, estar realmente con la mujer). Ella, así como un libro titulado "Parto Sin Miedo" de Grantly Dick-Read, fueron el empujón que necesitaba en ese momento.

Mi viaje como estudiante de matrona duró 5 años, en los que trabajé en la maternidad más antigua de Europa, en otro hospital irlandés, en un equipo de parto en casa en los Países Bajos, en un hospital privado en Nigeria, en un hospital privado en Takoradi, Ghana, en dos hospitales tanzanos y con una matrona tradicional de parto en casa llamada Bibi. También vine a Barcelona en 2022 (fue una visita corta) para observar cómo trabajan las comadronas que asisten los partos en casa.

¿Qué me ha enseñado toda esta experiencia?

Me enseñó que el parto funciona... sí, incluso de nalgas y gemelos, es nuestro miedo como profesionales y como mujeres lo que se interpone en el camino. Me enseñó que la partería nunca puede ser monopolizada. Que las voces de las matronas que trabajan fuera del sistema occidentalizado merecen ser escuchadas. Además, me enseñó la importancia de volver a mis raíces (espirituales y culturales).

¿Qué hago ahora?

Como mencioné anteriormente, actualmente estoy en Barcelona, España, trabajando como partera de parto en casa y educadora de parto. Antes, mi plan era trabajar en Zanzíbar un año entero (acabé quedándome cuatro meses). Estoy agradecida a Dios por mi experiencia en Zanzíbar, ya que me ayudó a afianzar mi confianza en el parto. Sin embargo, también estoy contenta de haber dejado Zanzíbar.

De momento sigo esperando a que mi licencia irlandesa se convierta en la española. Esto significa que durante un parto en casa necesito una comadrona que tenga la licencia española para que se firme los documentos

¿Hablo castellano?

Afortunadamente, lo hablo.